Fotos: F. Pino, Jc.
Texto: Jc.
(Pedalear).
Pedalear es llevar el alma al descubierto y seguir contigo,
es tener el espíritu libre entre nubes que descargan,
es volar mientras se lleva, con pie firme, el mismo ritmo.
Pedalear es amar el monte, los caminos,
entrar en el mundo de los silencios,
y recorrerlo poco a poco, con tus sentidos.
Pedalear es volver a lo más primitivo,
recorrer un cuadro sin terminar,
y terminar haciendo caso al instinto.
Pedalear es llevar desenfocado en el cielo albino,
es observar, de reojo, la siguiente cuesta,
con la mirada fija en el próximo hito.
Pedalear es entregar a la montaña tu destino,
es llevar en la mochila poco peso,
lo justo para no sentirlo.
Pedalear es tener a tu lado un amigo,
que comparta sudor, esfuerzo, pasión y agua,
y una bolsa con los mismos objetivos.
Pedalear es sonreír bajo un manto de pinos,
y disfrutar de una mirada cómplice de la vida,
no importa donde vayas, llévatela contigo.
Pedalear es mantener un bendito equilibrio,
entre acompañar o ser acompañado ,
entre ilusión y fantasía, entre ser adulto o niño.
Pedalear es renunciar al olvido,
registrar los senderos, fotografiar las rutas,
perderse en las hojas, escribir un libro.
Pedalear es señalar el rumbo hacia el infinito
concretar la mirada en el horizonte, y mirar…
sobre todo, mirar dentro de uno mismo.