(Marinero, sal y puerto)
Marinero que, a la mar,
te vas pensando en la pesca,
te vas midiendo las fuerzas,
de tus brazos al remar.
No sientes cómo al llegar,
donde ayer echaste redes,
te atenazas y no puedes,
ni siquiera respirar.
Que, al esfuerzo de bogar,
se suma, ¿pregunta eterna?,
si habrá picado la presa,
si dio sus frutos la mar.
Un brazo, el otro y ¡jalar!
las redes se van combando,
y espuma están salpicando,
trece brecas al saltar.